Cómo funciona el suelo radiante

Una de las mayores innovaciones tecnológicas dentro del ámbito de la calefacción en los hogares es el de los suelos radiantes, que se han convertido en una opción muy valiosa y que han sustituido a otros métodos más tradicionales. Hablamos de un sistema que puede utilizarse tanto para la calefacción como para la refrigeración, por lo que es una solución muy versátil que cada vez encontramos en más hogares.
Si nunca antes te has parado a pensar en cómo funcionan suelos radiantes y quieres conocer mejor este tipo de sistema, a continuación te hablamos de los tipos de suelo radiante que existen y de su instalación y mantenimiento. Una vez que entiendas cómo funciona el suelo radiante y sus ventajas, seguro que lo consideras como una opción de calefacción y comprendes su popularidad.
¿Qué es el suelo radiante?
Como bien hemos mencionado el suelo radiante, es un tipo de sistema de calefacción bastante moderno y novedoso que funciona mediante un emisor de baja temperatura a través de la canalización de agua por un sistema de tuberías. Este se instala debajo del pavimento de la vivienda en el suelo, aunque también recientemente se ha desarrollado esta tecnología implantada en el techo.
El suelo radiante, por lo tanto, utiliza este flujo de agua de las tuberías para emitir una temperatura que ayuda a que la casa se caliente de una forma homogénea y eficiente. A diferencia de otros sistemas de calefacción más tradicionales, el suelo radiante compone uno de los que menos consume y además de los más respetuosos con el medio ambiente, puesto que únicamente utiliza agua para generar el calor.
Por este motivo, el suelo radiante además se considera un sistema de calefacción bastante cómodo y fácil de mantener que, además, ofrece un confort muchísimo mayor. Y es que a diferencia de lo que sucede con otros sistemas de calefacción locales, el suelo radiante se instala en toda la casa y, por lo tanto, nos ayuda no solo a mantener una temperatura unificada en todas las estancias, sino también a calentarlas todas y cada una de ellas.
En general, hablamos de que el suelo radiante es un sistema de calefacción que utiliza una conducción de agua y que nos permite regular las instalaciones en todo momento. Es una forma también de instalar un sistema de calefacción en casas en las que exista un nivel de aislamiento escaso, ya que este sistema es completamente adaptable al entorno y únicamente necesita de una instalación en el subsuelo para funcionar.
Cómo funciona el suelo radiante
Continuamos hablando del aspecto más importante que es el que hace referencia al funcionamiento de este sistema de calefacción. Como ya hemos dicho, aquí lo que sucede es que se canaliza el agua a través de distintas tuberías por debajo del suelo y, por lo tanto, se produce un calor que nos ayuda a caldear la vivienda.
De esta manera, el agua que circula por estas tuberías funciona mediante la impulsión de agua a baja temperatura, la cual podemos encontrar a 15 grados en verano y a 40 grados en invierno. El suelo radiante además funciona también gracias a la fina capa de mortero que funciona a modo de recubrimiento y aislante térmico y que conserva la energía para liberarla de manera progresiva. Es por ello gracias a esta inercia térmica que la calidad del suelo radiante supera en muchos aspectos a otros sistemas de calefacción más tradicionales, puesto que se adecúa por completo a nuestras necesidades.
Y es que la inercia térmica del suelo radiante es bastante elevada. Lo que esto quiere decir es que aunque para calentar el suelo radiante se necesita más tiempo, aquí la emisión del calor continúa incluso después de que el sistema se haya apagado. Todo esto se debe también a la excelente distribución de la red de tuberías bajo el suelo, que ayuda a que el reparto del calor sea completamente uniforme y a que no queden zonas calientes o frías.
A esto hay que sumarle el hecho de que el suelo radiante funciona también gracias al termostato con el cual está equipado, que nos ayuda a controlar en todo momento la temperatura en cada habitación. Por ello, el funcionamiento de suelo radiante es muy concreto y preciso, ya que podemos distribuir mayor o menor calor en distintas áreas de la vivienda y optimizar así el consumo de energía.
Como último punto nos queda destacar que también existe la opción de la refrigeración, como bien hemos mencionado en algunas instalaciones de suelo radiante. Esto convierte a este método de calefacción en uno de los más polivalentes y versátiles, puesto que mediante la circulación de agua fría a través de las tuberías también podemos conseguir el efecto contrario, de modo que se absorba el calor de la habitación y se consiga mantenerla fresca.
Tipos de suelo radiante

Otro aspecto que tenemos que considerar a la hora de comprender el funcionamiento de suelo radiante es que existen distintos tipos en función del suministro que se utilice. Para ello, podemos encontrar suelo radiante por agua caliente y suelo radiante eléctrico, cada uno de ellos con sus características propias.
- Suelo radiante por agua caliente. Este suele ser el más habitual en la mayoría de hogares, ya que aquí lo que se utiliza es el agua caliente sanitaria. Generalmente, este suele aplicarse sobre todo a viviendas nuevas, puesto que la inversión inicial es más elevada, pero, por el contrario, el consumo de energía es bastante más reducido. Además, dentro de este tipo de suelo radiante podemos encontrarnos también con que se alimenta mediante sistemas diferentes como el gas natural, la aerotermia o la geotermia, en cada uno de estos casos existen procedimientos ligeramente diferentes.
- Suelo radiante eléctrico. Esta otra opción es algo menos utilizada en la actualidad y se diferencia del agua caliente, sobre todo porque aquí, en lugar de iniciar la instalación de tuberías de plástico para la circulación del agua, lo que existe es un cableado conductor. De manera inicial, aquí la inversión va a ser siempre menor, pero el consumo de electricidad diario va a resultar mayor, motivo por el cual este sistema suele emplearse menos. Además, este tipo de suelo radiante únicamente puede implantarse en viviendas o en establecimientos en los cuales la potencia eléctrica sea bastante elevada, sobre todo si se espera utilizar el suelo radiante durante todo el día.
¿Es fácil la instalación y el mantenimiento del suelo radiante?
Como bien hemos comentado en los apartados anteriores, el suelo radiante compone un tipo de calefacción cada vez más necesaria en los hogares en los que se busca una buena calidad de vida. Una de las principales dudas respecto a este sistema de calefacción es la que hace referencia a la instalación propiamente dicha, puesto que resulta bastante más compleja que otros sistemas más tradicionales.
Sin embargo, ya hemos mencionado que existen distintos tipos de suelo radiante y que, por lo tanto, nos encontraremos también con instalaciones diferentes en función de cada uno. Lo mejor que puedes hacer en el caso de que quieras instalar suelo radiante es ponerte en manos de profesionales como tsclima.com/suelo-radiante/. Ellos te asesorarán sobre el mejor tipo de suelo radiante para tu vivienda y también de la mejor forma de instalación para adaptarla a las dimensiones de tu casa, al tipo de vivienda y a otros factores a tener en cuenta.
Respecto al mantenimiento, además, tenemos que considerar que de forma habitual el mantenimiento de suelo radiante suele ser muy sencillo, puesto que este tipo de calefacción requiere muy poca intervención. Lo único que debemos hacer con periodicidad es verificar el termostato y los controles de forma regular para asegurarnos de que estos funcionan.
Más allá de todo esto, con limpiar la superficie de los radiadores y mantener las tuberías limpias no deberíamos necesitar limpiar el suelo radiante en años. En el caso de que queramos realizar una limpieza y mantenimiento, siempre deberemos hacerlo con profesionales, ya que ellos se encargarán de revisar de arriba abajo la instalación y asegurarnos de que está en condiciones óptimas.